El RD 486/1997 por el que se establecen las disposiciones mínimas de Seguridad y Salud en los lugares de trabajo establece en su Anexo III unas temperaturas mínimas y máximas pero referidas únicamente a trabajos en el interior:
- Entre 17 y 27ºC, en el caso de trabajos sedentarios.
- Entre 14 y 25ºC, en el caso de trabajos ligeros.
Estos niveles de confort térmico no siempre son fáciles de conseguir, sobre todo en entornos industriales.
La exposición a las condiciones ambientales de los lugares de trabajo no debe suponer un riesgo para la seguridad y la salud de los trabajadores, ni ser fuente de incomodidad o molestia, siempre que sea posible.
Los ventiladores industriales son capaces de reducir la temperatura hasta 6 grados en verano de forma mucho más económica que la climatización por lo que mejora el confort térmico de las personas que trabajen en el lugar. Además analizamos cada caso en concreto mediante un estudio y ofrecemos una solución personalizada.
Ventajas de los ventiladores industriales
Los ventiladores industriales ofrecen muchas ventajas frente a otros sistemas que tengan como objetivo la reducción de las temperaturas en el lugar de trabajo en naves industriales. Algunas de estas ventajas son:
- Ahorro energético: hasta un 45% de ahorro con respecto a otros sistemas.
- Disminución de la humedad: En los lugares de trabajo cerrados, la humedad relativa debe estar entre el 30 y el 70%, excepto si existen riesgos por electricidad estática donde la humedad mínima será del 50%. La disminución de la humedad, puede, en algunos casos, mejorar el confort térmico de los trabajadores y además, ayudar a la mejor conservación de los productos almacenados en caso de almacenes industriales.
- No solo consiguen refrescar el ambiente en verano, sino que también, en función reverso, pueden reducir la sensación de frío en invierno, pudiendo así cumplir con las temperaturas máximas y mínimas establecidas por la ley en un determinado puesto de trabajo, tal y como comentábamos al principio de este artículo.
Más sobre el estrés térmico en el trabajo
Para entender la importancia del control de la temperatura y humedad en el trabajo, cabe reseñar dos conceptos muy aclaratorios. Uno de ellos es el estrés térmico y el otro es el concepto de sobrecarga térmica.
El estrés térmico corresponde a la carga neta de calor a la que los trabajadores están expuestos y que resulta de la contribución combinada de las condiciones ambientales del lugar donde trabajan, la actividad física que realizan y las características de la ropa que llevan.
La sobrecarga térmica es la respuesta fisiológica del cuerpo humano al estrés térmico y corresponde al coste que le supone al cuerpo humano el ajuste necesario para mantener la temperatura interna en el rango adecuado
Tanto el frío extremo como el calor son perjudiciales para la salud, pudiendo causar graves accidentes. Es por ello que hay que emplear siempre la ropa de trabajo adecuada, realizar los descansos necesarios, permanecer siempre bien hidratado y ante cualquier síntoma de malestar parar inmediatamente los trabajos y buscar un lugar de descanso donde no estemos expuesto a las temperaturas extremas. Al planificar trabajos en el exterior debemos tener en cuenta las condiciones climatológicas, si es necesario se suspenderán o aplazarán los trabajos cuando estas pueden ser perjudiciales para la seguridad y salud de los trabajadores.
Aquí un artículo sobre medidas preventivas ante el calor extremo en el trabajo.
Artículo sobre el estrés por frío